Un rápido paseo por la Universidad de Buenos Aires (UBA) es suficiente para encontrar el primer par de chanclas Havaianas. Los pies son de Guilherme Henrique Leão, de 28 años, de Acre: "Cuando llegué, hace seis años, no había esta avalancha de canales de YouTube hablando sobre cómo estudiar aquí".
El número de brasileños que, como él, estudian medicina en Argentina se quintuplicó, pasando de 4.000 a más de 20 mil en siete años, de 2015 a 2022, de acuerdo con el último dato del gobierno local. Esto equivale a la mitad de los extranjeros y al 12% del total de estudiantes de la carrera en el país vecino, llegando al 31% en las instituciones privadas.
Con ellos llegaron a las cafeterías las coxinhas (rebozado de pollo), el cafe dentro del aula, el portugués en los pasillos e incluso las batas "abrasileñadas".
Los brasileños son atraídos por la ausencia de examen de acceso, las plazas ilimitadas, la calidad de la educación y también por el bajo costo de vida.
Argentina es considerado un país muy abierto a los inmigrantes, que, según la Constitución, disfrutan de casi los mismos derechos que los locales. Uno de cada cuatro estudiantes de medicina es de origen extranjero (24%), incluyendo peruanos y paraguayos.