La crisis en los mercados provocada por la ola de coronavirus y la caída del petróleo llevaron al Banco do Brasil y Caixa Econômica Federal a plantear la expansión de sus líneas de crédito para empresas que se encuentran inmersas en dificultades financieras.
La estrategia comercial de los bancos públicos llena el hueco dejado por el Gobierno, resistente a las medidas para ayudar a la economía, considerando, entre otras razones, que no hay espacio presupuestario para paquetes de esta naturaleza.
El ministro Paulo Guedes (Economía) ha repetido que la forma de contener la crisis es profundizar las reformas propuestas.
Paralelamente, los técnicos del Gobierno dicen que no tener un plan de estímulo a corto plazo es una estrategia para aumentar la presión sobre el Congreso para que realice reformas, particularmente administrativas y fiscales.
Pero con la caída de la bolsa y el dólar acercándose a R$ 5, al Gobierno se comenzó a exigir medidas que van más allá de las reformas planificadas.
“Estamos listos para ayudar, como colaboramos el año pasado con toda la agenda de reformas. Creo que ayudan, pero ciertamente no son el único punto para resolver el daño de la crisis”, dijo el lunes (9), el presidente del Congreso de los Diputados, Rodrigo Maia (DEM-RJ).
Los analistas de mercado consideraron la posibilidad de que el equipo de Guedes pudiera copiar el ejemplo de EEUU. Y proponer recortes de impuestos o el aplazamiento del pago de impuestos como una alternativa a las empresas que sufren el alto dólar.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA