Al cambiar su posición y anunciar que tiene intención de congelar los salarios de todos los funcionarios públicos, el presidente Jair Bolsonaro (sin partido) aumentó el desgaste del gobierno en el Parlamento y provocó la reacción de la oposición, que se está organizando para anular el veto.
La disputa involucra al lobby del funcionariado público, uno de los más poderosos en el Legislativo, y puede poner a prueba la relación que Bolsonaro intenta construir con el Centro, grupo de partidos independientes que, juntos, representan una gran parte del Parlamento.
El ministro Paulo Guedes (Economía) argumenta que la Unión, los estados y los municipios no deberían otorgar reajustes salariales a los funcionarios públicos hasta el final de 2021. No obstante, los líderes políticos se han unido a la oposición y a los parlamentarios del Centro para flexibilizar la regla del equipo económico.
El jueves (7), Bolsonaro dijo que, a pedido de Guedes, podría vetar el dispositivo que reserva algunas categorías del congelamiento salarial, incluidos los sectores de la base de apoyo del Gobierno, como la policía y los oficiales de las Fuerzas Armadas.
Los diputados del Centro prefieren adoptar una postura cautelosa ante un posible voto sobre este veto. Este grupo negocia con Bolsonaro las nominaciones políticas para cargos públicos.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA