Militares de Petrobras de las patentes más altas se unieron para contener las articulaciones políticas para destituir al general Joaquim Silva y Luna de la presidencia de Petrobras.

El movimiento surgió durante el fin de semana después de que los hijos del presidente Jair Bolsonaro (PL) publicasen críticas en sus redes sociales contra la administración.

Dirigido por el Vicepresidente de la República, el general Hamilton Mourão, los militares se organizan para convencer a Bolsonaro que no hay nada de malo en la política de precios de Petrobras.

El Grupo afirma que, a partir de ahora, las medidas aprobadas en el Congreso serán suficientes para limar diferencias entre la compañía, que defienden a los accionistas, y el gobierno, que posee participación.

La tendencia, para el grupo, es que los precios caigan no solo con la reducción del impuesto ICMS, como con la bajada en la cotización de petróleo debido a un posible enfriamiento en la guerra entre Rusia y Ucrania.

Después de casi dos meses sin realizar reajustes y en la víspera de cambios drásticos en los impuestos sobre el combustible, Petrobras anunció un ajuste del 19% en gasolina en refinerías y 25% en Diesel.

En zonas más remotas del país, como en Acre, el litro de gasolina llegó a R$ 11. La semana pasada, en reuniones privadas, Bolsonaro demostró contrariedad con la actitud de Petrobras. El presidente quería el Proyecto de Reducción y Uniformidad del ICMS aprobado por el Congreso antes de reajustar en los surtidores.

En el área económica, los asesores del ministro Paulo Guedes confirmaron el "juego combinado". Sin embargo, la estrategia salió de control porque Petrobras anunció el reajuste antes del resultado final del proyecto de ley de la ICMS votando en el Parlamento.

Por su parte, el general Silva y Luna no se muestra acorralado y dejó claro a Reuters este lunes (14) que no dejará el cargo. "Soy un soldado. El campo de batalla es mi zona de confort. No huyo del campo de batalla, abandonando a mi tropa. No hay crisis", aseguró.