La economía brasileña se enfrió del segundo al tercer trimestre, esta vez prácticamente sin sorpresas. Si no crece nada en este último trimestre, el PIB de 2023 habrá aumentado un 3%, el mismo ritmo que en 2022.
El país no ha crecido un 3% o más durante dos años consecutivos desde 2011 (excluyendo el 2021, el año de la recuperación de la pandemia). Sin embargo, el ingreso (PIB) per cápita sigue siendo inferior al de 2013 y así debería continuar hasta 2025. Hemos pasado por un desastre histórico.
Lo más importante es saber de dónde pueden venir los impulsos para el crecimiento de 2024. Por ahora, parecen débiles o difíciles de percibir, en la neblina de la incertidumbre.
En resumen, el PIB de 2023 avanzó gracias a mejoras en parte aún mal comprendidas en el mundo laboral y a las exportaciones de materias primas, junto a un aumento insostenible del gasto gubernamental.
Brasil crecerá en este 2023 porque continuó aumentando el número de personas trabajando, con cierto aumento del salario medio, la mayor sorpresa del año.
No obstante, en 2024, habrá poco aumento en cuanto al gasto en beneficios sociales. No habrá otra caída significativa de la inflación. La masa salarial sigue creciendo bien, pero en desaceleración. Los tipos de interés más bajos en 2024 pueden hacer algo por el crédito bancario.
Lo difícil es ver de dónde vendrá un aumento significativo del empleo.