Un día histórico para la república italiana. Fue con aires triunfalistas y con cálidos gestos al nuevo gobierno brasileño, que Italia recibió a Cesare Battisti tras 38 años de fuga. Sobre el terrorista recae una condena de cadena perpetua por el homicidio de cuatro personas a finales de los años 1970.
Para el italiano de 64 años, la epopeya que le llevó por países como Francia, México, Brasil y Bolivia, donde fue arrestado el fin de semana, terminó la mañana del lunes en el aeropuerto de Ciampino, en Roma.
En el acto final de uno de los más largos y complejos casos de la diplomacia italiana, el gobierno populista de derecha, en el poder desde hace siete meses, aprovechó la atención del mediático desenlace para reforzar su imagen de línea dura, que Brasil también se esfuerza por transmitir.
Giuseppe Conte, el primer ministro, agradeció a Bolsonaro durante el pronunciamiento que hizo horas después de la llegada de Battisti. "El cambio de gobierno en Brasil fue determinante para este resultado. Hablé con Bolsonaro y le agradecí", dijo.
Matteo Salvini, ministro del Interior y líder de la Liga, partido de extrema derecha, también conversó con el brasileño por teléfono.
PRISIÓN
Los informes de testigos de la prisión del italiano Cesare Battisti en Bolivia contrarían la versión oficial de la policía de que la captura se produjo de forma completamente pacífica y discreta. Dos disparos fueron disparados al aire cuando ya estaba dominado, según dos personas que presenciaron la operación, el sábado (12).
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA