En un año, Ernesto Araújo lidera un giro ideológico sin precedentes en el Ministerio de Exteriores

La agenda del canciller encontró límites cuando chocó con los intereses agrícolas y militares

Brasília

El 2 de enero de 2018, ante una audiencia de diplomáticos y embajadores, Ernesto Araújo pronunció su primer discurso como canciller.

Durante su intervención, dio pistas sobre la magnitud de la revolución ideológica que planeaba promover en Itamaraty, el Ministerio de Exteriores: atacó el globalismo y el Foro de São Paulo, se opuso al aborto y alabó al escritor Olavo de Carvalho, y usoó como referencias ejemplos de regímenes nacionalistas como Estados Unidos, Israel y Hungría.

Casi un año después, diplomáticos y académicos entrevistados por Folha aseguran que el canciller de Jair Bolsonaro consiguió liderar un giro conservador sin precedentes en Itamaraty.

El ministro de Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo, en un evento en noviembre. REUTERS/Adriano Machado - REUTERS

Sin embargo, este esfuerzo encontró sus límites cada vez que chocaba con los intereses de sectores influyentes en Brasil, como el agroindustrial y las Fuerzas Armadas.

Como ejemplo, en los últimos meses, Ernesto ha dado instrucciones a la diplomacia brasileña para que abandone su postura histórica ante el conflicto palestino-israelí y se acerque al gobierno de Binyamin Netanyahu, ha respondido a las demandas de la posición evangélica y ha determinado que la cancillería solo reconozca la expresión género como sexo biológico.

También cambió una tradición de 27 años y no condenó el embargo a Cuba, se alineó automáticamente con la administración de Donald Trump y abandonó el principio de no injerencia en los asuntos internos de otras naciones, lo que era evidente en las relaciones con sus vecinos de Sudamérica.

"La política exterior [actual] representa una ruptura prácticamente total con la línea seguida por Brasil desde el gobierno de Geisel (1974-1979) y acentuada después de la redemocratización: una política de afirmar la autonomía de acuerdo con los intereses nacionales, sin alineamientos ni hostilidades automáticas a potencias", dice el embajador retirado Rubens Ricupero, un crítico de las acciones del ministro.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original