La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, está observando impasible cómo Irán cruza las líneas rojas establecidas por sus adversarios hacia la fabricación de una bomba atómica.
Eso es lo que opina Rafael Grossi, director general del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), responsable de mediar en negociaciones que buscan evitar que el régimen de los ayatolás adquiera armas nucleares.
"No porque evites mirar el problema, éste desaparece. La cuestión sigue, e Irán ha estado enriqueciendo uranio a niveles altos", afirma el argentino durante una conversación con Folha.
"La situación con Irán es muy frustrante. Hay una reducción de la visibilidad [del problema] que comenzó en 2021. Tomé medidas para mitigarla, pero solo fueron parcialmente exitosas", explica.
Hace dos años y medio, el acceso de inspectores del OIEA dentro del alcance del acuerdo nuclear de 2015 está virtualmente cortado, con excepciones puntuales. Ese arreglo fue liderado por Estados Unidos bajo el gobierno de Barack Obama, pero fue roto por Donald Trump en 2018.