Lo que es ser de extrema derecha

La prensa brasileña y la prensa mundial tratan de forma diferente a Bolsonaro

Paula Cesarino Costa
São Paulo

Hay quien defiende que ya no tiene sentido intentar dividir el mundo entre ideologías de derecha y de izquierda. ¿Qué significan estos conceptos modernamente? Es un tema políticamente complejo. El choque entre izquierda y derecha, sin embargo, es mundial. En Brasil, el petismo y el antipetismo forman el condimento local, que no siempre puede ser resumido con exactitud como un enfrentamiento entre izquierda y derecha.

Limitando la cuestión al periodismo, Folha ha recibido quejas de lectores que opinan que el periódico está evitando dar los nombres que corresponden o, más exactamente, calificar al candidato del PSL a la Presidencia, Jair Bolsonaro, como extrema derecha.

A principios de octubre, dos meses después de dar inicio oficialmente a la campaña, la Secretaría de Redacción de Folha emitió un comunicado interno en el que asegura que en la actual disputa electoral brasileña no hay ninguna candidatura que se encaje en la categoría de "extrema derecha" o " extrema izquierda ".

El texto recuerda el capítulo "Cualificación ideológica" del Manual de Redacción, que reserva el uso de estos términos para designar "facciones que practican o predican la violencia como método político". Recomienda a la Redacción tratar al candidato Jair Bolsonaro como derechista. Así como a Guilherme Boulos, candidato derrotado del PSOL, debería ser considerado de izquierda.

El comunicado no tardó en llegar a los lectores, que escribieron al ombudsman criticando la orientación editorial de Folha.

Los principales diarios del mundo, de innegable calidad, utilizan variaciones del concepto de extrema derecha (far right, ultraderecha, extrême droite) para definir la candidatura de Bolsonaro. The Economist, Financial Times, The Guardian, El País, The New York Times, The Washington Post, Le Monde, Clarín y La Nacion, entre otros

Es una discusión que el periódico debe tratar de forma transparente en sus páginas. Para ello, algunas cuestiones deben responderse. ¿Cuáles son los elementos objetivos de Bolsonaro en su discurso y / o en su práctica, que permiten clasificarlo o no como extrema derecha? ¿Cuáles son los efectos periodísticos de calificar de esta manera? ¿En qué posición del espectro ideológico Folha sitúa a cada candidato?

El editor ejecutivo de Folha, Sérgio Dávila, afirmó que Folha no clasifica a ningún líder actualmente en el poder de extrema izquierda o extrema derecha. Utiliza la designación para algunos movimientos en los Estados Unidos y en Europa. El diario utiliza izquierda radical o ultranacionalista / derecha radical en casos como Marine Le Pen, en Francia, y Rodrigo Duterte, en las Filipinas.

"Cuando es el caso, escribimos que usan o usaron parte del discurso de la extrema derecha. Ni siquiera al partido de las FARC Folha llama de extrema izquierda, sino de radical. "Llamamos de extrema izquierda movimientos que depredan patrimonio y atacan policías, como los black blocks", dijo Dávila. "La nueva edición del Manual nació de un deseo del periódico de regular lo que parecían imprecisiones en la designación de candidatos en la carrera presidencial francesa", recordó.

Autor clásico de la ciencia política, Norberto Bobbio (1909-2004) conceptualiza con claridad extremismo y moderación. Apunta que estos conceptos obedecen a un criterio de contraposición en el universo político diferente al de la dicotomía izquierda / derecha. Los conceptos de extremismo y moderación se refieren a las estrategias empleadas para llegar a los fines deseados, mientras que derecha e izquierda se refieren a la connotación de los programas que definen estos fines.

Para mí, la lectura del Manual no permite concluir que se reserve el uso de los términos "extrema derecha" y "extrema izquierda" sólo para "facciones que practican o predican la violencia como método político". Entiendo que hay una orientación para que "no se dude" en utilizarlos en estos casos.

La candidatura del PSL representa una corriente política militarista con demostraciones explícitas de defensa de la violación de los Derechos Humanos, de cuestionamiento de los derechos de las minorías, que niega la dictadura militar y la comprobada existencia de torturas, y que mantiene reiterados flirteos con la ruptura de la normalidad democrática.

Estos puntos fácticos sumados parecen más que suficientes para definir una candidatura como de extrema derecha, aquella que opta por estrategia extrema, además del eje construido en el seno del consenso democrático por la derecha y la izquierda.

Órganos de prensa del mundo entero -desde los económicamente liberales de derecha a los abiertamente progresistas de izquierda- concordaron con esa apreciación.

En mi opinión, Folha y los principales órganos de la prensa brasileña se equivocan en no hacerlo y no parecen preocupados por la dimensión histórica de este entendimiento.

El ombudsman estará ausente la próxima semana.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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