"Folha necesita continuar inquieta", dice la directora de Redacción del diario

Maria Cristina Frias defiende el periodismo crítico y tiene como objetivo alcanzar una mayor igualdad de género y diversificación de contenido

São Paulo

En la Dirección de Redacción de Folha desde hace seis meses, la periodista María Cristina Frias defiende que el periódico continúe inquieto y en renovación constante, pero sin renunciar a los valores que lo consagraron: periodismo crítico ante todos los poderes instituidos, independiente, plural e imparcial.

 

Se mostró serena ante las turbulencias políticas actuales. Dijo que, en época de polarización, es tentador para algunos tomar partido, pero ve en su papel la búsqueda del equilibrio periodístico.

Después de años de experiencia en televisión, hace cerca de 20 años decidió dedicarse exclusivamente a Folha.

Asumió la dirección del periódico en un doloroso momento, sucediendo a su hermano Otavio Frias Filho, que murió el 21 de agosto de 2018. Fue él mismo el que la nombró directora con algunos consejos específicos para los próximos años, tal y como ella cuenta en esta entrevista.

María Cristina Frias es la primera mujer que asume la Dirección de Redacción de un gran periódico del país y se impuso como meta una mayor equidad entre hombres y mujeres, y una diversificación de los profesionales y del contenido del periódico llevando a cabo un cambio de cultura de procesos, temas y personas que son entrevistadas.

Se define como una lectora voraz, que tiene "cabeza de reportera". Desde que asumió pedí una entrevista, concedida ahora, para que el lector pudiera conocer sus desafíos y planes para Folha.

Usted asumió el cargo de directora de Redacción hace seis meses. ¿Es posible hacer un balance de este período?

Fue un período muy difícil e intenso. La presencia y el talento de Otavio Frias Filho, un hermano maravilloso y amigo, hacen mucha falta, al periódico y a mí, que tuve el privilegio de trabajar junto a él diariamente. Fue del propio Otavio la decisión de que yo asumiera su cargo, ratificada en la asamblea de los socios. Siempre atento, me dio algunos consejos para los próximos años.

Luego vinieron los ataques del entonces candidato Jair Bolsonaro a la prensa, especialmente contra Folha.

Publicamos, entre otros reportajes, un texto de Patricia Campos Mello que reveló la compra ilegal por parte de empresarios de paquetes de disparos masivos de WhatsApp contra el PT. Esto ha tenido repercusión incluso internacional.

 
Ilustração coluna Ombudsman
- Carvall

Una vez que salió elegido, Bolsonaro dijo que, "por sí sola, Folha estaba acabada". Vimos, entonces, cómo surgía una campaña espontánea de suscripciones de Folha, por la democracia, en defensa del periódico.

No importa las turbulencias, mi principal objetivo es mantener el legado de Otavio y continuar haciendo el periodismo que él nos enseñó: crítico a todos los poderes instituidos, independiente, plural e imparcial.

En época de mucha polarización, ánimos agrios y de poco aprecio a la democracia por  parte de la población, es tentador para algunos tomar partido, pero es mi responsabilidad velar por estos principios y por el equilibrio entre puntos de vista diferentes dentro de las páginas del periódico.

No somos un periódico de oposición, pero seremos críticos como fuimos con todos los gobiernos desde la redemocratización. Folha sigue siendo la Folha de siempre. Y, para ser Folha, tiene que seguir inquieta y renovándose en todo momento. El diario de mañana necesita ser siempre mejor que el de hoy.

Usted es la primera mujer que ocupa el puesto máximo en Folha en 98 años de existencia del periódico. ¿Cuál es la relevancia del aspecto de género en su ascensión?

Hasta cuándo vamos a valorar ser la primera mujer en hacer esto o aquello, me pregunto. Desafortunadamente, sin embargo, hay muchas posiciones a las que las mujeres aún no han ascendido, como era el caso de la dirección de la Redacción de Folha -un ayuno que el periódico rompió, por delante de sus dos principales competidores.

Ser mujer ayuda en esta búsqueda de equilibrio de opiniones y fuentes diversas en el seno de nuestras páginas, en la elaboración de pautas que interesen a un público más amplio. Así como los principales periódicos del mundo, Folha se preocupa por entender cómo ampliar el público femenino.

Cuanto más diversificada sea nuestra Redacción, cuanto más amplia sea la gama de experiencias de nuestro reportero, mejor será nuestra cobertura y mayor el público que alcanzaremos. Nuestra Redacción cuenta con cerca de un 40% de mujeres, en la misma línea que periódicos americanos e ingleses, pero queremos un equilibrio mayor, incluso entre columnistas.

Hicimos el jueves (7) una reunión abierta en la Redacción para discutir el tema e iniciativas en este sentido. Quiero que este foro se haga periódico porque es deseable un cambio de cultura en procesos, temas que destacamos, las personas que escuchamos y así sucesivamente.

Lo mismo vale para la presencia en la Redacción de negros, descendientes de asiáticos, personas que cursaron la enseñanza secundaria en escuelas públicas... Nuestro próximo programa de entrenamiento, que tuvo 3.000 inscritos, va a ofrecer becas con ayuda de coste.

El actual presidente de la República y gran parte de su entorno personal y político tienen una actitud hostil y a veces virulenta contra la prensa y, en particular, contra Folha, ¿cuál es la influencia de estas circunstancias en la práctica del periodismo de Folha?

En cierto modo, todo gobierno es un poco hostil a Folha por la actitud crítica e independiente. En diferentes grados, se colocan a la defensiva y, cuando pueden, usan el poder para atacar. Hemos tenido la invasión del periódico en la gestión de Collor y creo que estamos acostumbrados a una cierta animosidad.

El Gobierno Bolsonaro ha demostrado una especial dificultad para entender el papel del periódico, que es el de iluminar los debates de los problemas colectivos, con informaciones bien cotejadas y fundadas, ser un fiscal de políticos, además de comprometerse a defender la democracia y factores que lleven al desarrollo del país.

Al tratar a la prensa con menosprecio y agresividad, intenta minar este esfuerzo y estimula en sus seguidores la falta de respeto y la violencia contra periodistas, lo que es abominable y peligroso -al igual de inútil, porque continuaremos haciendo nuestro trabajo con perseverancia e inquietud.

Las Redacciones de todo el mundo han pasado por un proceso continuo de reducción de personal y de recorte de inversiones. Al mismo tiempo, la competencia se intensificó con los nuevos medios. ¿Cómo analiza este proceso y cuáles son los desafíos que se imponen a medio y largo plazo?

Para el que tiene un trabajo como el nuestro que se agota en cada edición y cada día se reanuda desde cero es difícil pensar a largo plazo.

Los tiempos son duros, la economía no se ha recuperado, pero hay ejemplos exitosos. El peso de las firmas en el modelo de negocio es cada vez mayor. Y nosotros también nos valemos de nuevos medios, ofrecemos una cobertura multimedia. Hemos tenido un buen resultado en podcasts, por ejemplo.

Desde el punto de vista personal, ¿cómo se define como lectora?

Soy una lectora voraz de noticias. Me encanta leer el impreso; cuando viajo, soy una compradora compulsiva de ejemplares y leo a través  del teléfono celular y de la web con la mayor frecuencia posible a lo largo del día y por la noche. Y no es sólo por deber de oficio, es por puro placer, a pesar del malestar cuando encuentro eventuales errores.

Tengo cabeza de reportera, vibro con las exclusivas, admiro a la competencia cuando publica temas que nosotros no pensamos y reflexiono sobre lo que podemos mejorar, una lección del sr. Frias (Octavio Frias de Oliveira, fundador de la Folha moderna), otra fuente de inspiración.

Usted acumula la función de directora con la de titular de la columna diaria Mercado Abierto. ¿Cómo se divide entre una y otra?

Me gusta mucho hacer la columna, pero al principio consideré que las dos tareas serían inconciliables. Con el tiempo, además de la reacción positiva de colegas y fuentes de que sería importante seguir escribiendo, me sentí animada a continuar.

Así como directores de hospitales que siguen en la práctica como médicos, percibí que la presencia en la Redacción ayuda en el trabajo de la dirección: es lo que me permite mantener el contacto con los colegas, observar de cerca sus necesidades, los flujos, cómo las cosas están funcionando o no, permanecer actualizada en la práctica de nuestro oficio.

Acabé dedicándome menos a la columna durante los primeros meses en el cargo de directora, lo que fue posible gracias al equipo talentoso y dedicado de Mercado Abierto, pero voy a equilibrar mejor los dos papeles.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original