Un mar de oportunidades

Los tiempos de crisis e incertidumbres dan la oportunidad de revalorizar a la prensa

Paula Cesarino Costa
São Paulo

Los momentos de tensión, polarización aguda y crisis política y económica se revelan en el papel de la prensa. En la dicotomía crisis-oportunidad, la sucesión presidencial da la oportunidad al periodismo brasileño de mostrarse necesario y vigoroso.

La campaña electoral más corta desde la redemocratización llega a la primera vuelta registrando audiencia récord para diversos órganos de prensa y en diversos medios.

Con un itinerario poco predecible, el juego se reanuda en la probable segunda vuelta en condiciones adversas y de enfrentamiento político, pero ampliando la ventana de oportunidad para la prensa, en fase de reformulación y modernización.

Folha obtuvo 41,4 millones de visitantes únicos en su web en septiembre, el mejor resultado mensual en 2018. Las entrevistas a candidatos aumentaron la audiencia de los telediarios de TV Globo y más que cuadruplicaron la de Globo News. El site G1 alcanzó la mayor media diaria de visitas (12,8 millones) de su historia, con un total de 385 millones en el mes. La web de la revista Veja batió récord de audiencia, con 35 millones de usuarios, y los 20 contenidos más leídos trataban sobre las elecciones.

En líneas generales, Folha hizo una buena cobertura, sobre todo en dos exclusivas -como se llaman la información inédita- sobre la candidatura del líder, Jair Bolsonaro (PSL).

La primera se refería a la empleada fantasma del candidato y la segunda reveló un documento en el que la exmujer del militar lo acusaba de violencia.

Sumados a la revelación por parte de Veja de los detalles del proceso de separación de Bolsonaro, estas fueron las novedades relevantes sacadas a la luz por la prensa que además generaron muchas críticas por parte de lectores.

Destacamos positivamente algunas inversiones realizadas por Folha en la versión digital como el Match electoral (herramienta que permitió al votante encontrar candidatos al Legislativo afines a sus posiciones) y los podcasts que recordaban a presidentes del pasado y discutían las elecciones actuales.

Por otro lado, Folha necesita mejorar en el seguimiento de la disputa en redes sociales y aplicaciones de mensaje. Es necesario invertir y modernizar el seguimiento de la campaña en redes y la difusión de las noticias falsas. Difícil es crear herramientas nuevas y adecuadas para ese universo, rico en temas a descubrir.

Otro buen ejemplo fue el GPS electoral, que diseccionó los discursos de campaña a partir de un modelo matemático.

Es necesario crear equipos en operaciones periodísticas de mayor aliento para descubrir a los candidatos, y, principalmente, a los grupos que están en su entorno. ¿Quiénes son, de dónde vienen, cómo se mantienen y lo que pretenden?

El equilibrio debe ser una obsesión diaria, sin dejar de prestar atención a la falsa equivalencia. Los candidatos y sus propuestas deben ser exhaustivamente escrutados, con cada descubrimiento siendo relativizado con precisión en relación a su importancia y a la que revela.

No fueron pocas las críticas a Folha, a derecha y a izquierda, en razón de desequilibrios editoriales. Lideraron las quejas la edición, considerada tímida por algunos, de la decisión preliminar de la comisión de derechos humanos de la ONU sobre la condena a Lula y de las manifestaciones del presidente. Otros consideraron que se dio un excesivo destaque a textos noticiosos y de opinión contra Bolsonaro.

Mirando hacia atrás, recordé que faltó humor, espacio íntegramente ocupado por las impagables imitaciones de Marcelo Adnet, en la web de O Globo.

En uno u otro momento se recordó la campaña al Legislativo. Fue poco, pero mucho más que la casi inexistente campaña a los gobiernos de los estados. El lector no se enteró del marco político general que se estaba dibujando y probablemente es sorprendido el lunes.

Las encuestas de intención de voto fueron un elemento decisivo para la interpretación de la campaña. Sólo la hipótesis de restringirlas, ya se muestra una grave amenaza al derecho de información. Hay mucho que evolucionar en la presentación y el aprovechamiento de los datos de los levantamientos, además de la preocupación, como la de Folha, de publicarlos sin errores de número e interpretación.

La semana pasada, la solicitud de autorización judicial de Folha para hacer una entrevista al expresidente Lula en la cárcel se convirtió en motivo de embate jurídico y político.

El agravamiento de la disputa ha sacado a la luz preocupantes amenazas a la libertad de prensa y de expresión. Me impactó que periódicos como O Estado de São Paulo y O Globo hayan defendido en editoriales la censura al trabajo periodístico.

La buena noticia vino de la opinión del brasileño: el aprecio a la democracia batió su récord. El instituto Datafolha mostró que el 69% considera que la democracia es la mejor forma de gobierno. Una información relevante para consolar a pesimistas.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA
Lea el artículo original