Designados por el presidente Lula, el ministro de Justicia, Flávio Dino, de 55 años, y el fiscal general electoral interino, Paulo Gonet, de 62 años, fueron aprobados por el pleno del Senado para ocupar las vacantes en el STF (Supremo Tribunal Federal) y el liderazgo de la PGR (Fiscalía General de la República), respectivamente.
Dino recibió 47 votos a favor y 31 en contra, con dos abstenciones. Gonet obtuvo 65 votos a favor y 11 en contra, con una abstención.
Para que sus nombres fueran ratificados, necesitaban el respaldo de al menos 41 de los 81 parlamentarios, en una votación secreta.
Desde la redemocratización, solo André Mendonça, nominado por Jair Bolsonaro, había recibido más votos en contra (32) que Dino.
La comparecencia de ambos se realizó de forma simultánea, en un formato novedoso y superficial para los cargos. Este enfoque fue ideado por el presidente de la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ), el senador Davi Alcolumbre (União Brasil-AP), con el respaldo del gobierno de Lula.
El objetivo era minimizar cualquier posibilidad de contratiempo ante las dificultades del Ejecutivo en el Parlamento a lo largo del año y la resistencia de la oposición, especialmente en relación con la nominación de Dino.