La infiltración de las facciones criminales en el sistema penitenciario brasileño ha crecido y está presente en todas las unidades de la federación, destacando el PCC (Primeiro Comando da Capital) y el CV (Comando Vermelho), originarios de São Paulo y Río de Janeiro, respectivamente.
Un estudio inédito realizado por el Ministerio de Justicia y obtenido por Folha muestra que las dos mayores facciones del país han operado en 24 estados y en el Distrito Federal, con un crecimiento más pronunciado del Comando Vermelho.
Según los datos, el CV está presente en prisiones de 21 unidades de la Federación, seis más que el año anterior. El PCC está en 23, dos más que en 2022.
La redactora tuvo acceso a más de 200 documentos restringidos y públicos, que van desde informes de inteligencia, inspecciones de defensorías, datos gubernamentales, abogados e incluso miembros de facciones.
Según expertos, el escenario es sintomático del descontrol del poder público, que fortalece el crimen organizado, tanto por la incapacidad del sistema para aislar a los líderes como por las condiciones dentro de las cárceles, que favorecen el reclutamiento de nuevos miembros.