Cada vez que el CLA (Centro de Lançamento de Alcântara) lanza un cohete al espacio, los residentes del quilombo Mamuna lo saben porque el suelo de la comunidad estremece.
Esto ha sido así desde 1990, el año del primer lanzamiento de la base aeroespacial de Alcântara. De entre los cientos de pueblos que componen el municipio, la comunidad de Mamuna es la que está más cerca de la zona. Aunque la Fuerza Aérea Brasileña afirma que el riesgo de que un cohete alcance la comunidad es bajo, la residente Maria José Lima Pinheiro teme la vibración de la tierra.
A pesar de ello, su mayor preocupación no es el miedo, sino la posibilidad de ser expulsada del lugar donde se ha criado. Como parte de una generación que creció con la amenaza de desalojo, Maria, de 50 años, se siente menos ansiosa que en su juventud, pero destaca su horror ante la idea de tener que salir. "El miedo se nos está pasando. Antes, estábamos muy asustados", dice.
La quilombola hace referencia a las especulaciones sobre una posible expansión de la base, lo que podría llevar a la reubicación de Mamuna en otra región, similar a lo que ocurrió con los poblados en la instalación del CLA en la década de 1980, donde al menos 312 familias fueron realojadas de manera compulsoria.