Brasil tiene la Cámara de Diputados más desigual en cuanto a género de América del Sur

Solo el 17,5% de los escaños son ocupados por mujeres; La edad promedio es la segunda más alta de la región

São Paulo

Brasil tiene la Cámara de Diputados con la mayor desigualdad de género en América del Sur y la segunda media de edad más alta en comparación con sus equivalentes en la región. Actualmente, solo el 17,5% de los escaños en esta Cámara legislativa brasileña están ocupados por mujeres, menos de la mitad de la proporción registrada en Bolivia, Ecuador y Argentina. Con un 46%, 43% y 42%, respectivamente, estos tres países lideran el ranking de equidad parlamentaria en Cámaras de Diputados o Asambleas únicas en el continente, según datos de la UIP (Unión Interparlamentaria), organización internacional que recopila información de los Congresos de diferentes naciones.

En común, estos países adoptan medidas estructurales para promover la equidad de género en la política. Mientras que la Constitución boliviana garantiza la participación igualitaria entre mujeres y hombres en la elección de la Cámara legislativa, además de una presencia equitativa en el control del poder político en el país, Ecuador y Argentina tienen un sistema de votación por listas, en el cual los nombres de los candidatos se intercalan entre ambos géneros, respetando los principios de alternabilidad y secuencialidad.

Las evidencias en la ciencia política indican que, para identificar los impactos positivos de la participación femenina en los grupos, es necesario que la comunidad en cuestión esté compuesta, al menos, por un tercio de mujeres y que exista una cultura mínima de igualdad, según Graziella Testa, profesora en la FGV (Fundación Getulio Vargas) y doctora por la USP (Universidad de São Paulo). El porcentaje de mujeres en la Cámara de Diputados en Brasil nunca ha alcanzado la quinta parte de la Cámara (20%). La especialista afirma que, basándose en experiencias de la política exterior, cuando las mujeres ocupan posiciones de toma de decisiones, hay una mejora en los indicadores sociales, especialmente aquellos relacionados con la salud y la educación.

Lea el artículo original