Testigos de Jehová de Brasil son acusados de 'trato inhumano' por aislar a exmiembros

La organización dice que los seguidores pueden optar por cortar relaciones con aquellos que les causan 'dolor emocional'

São Paulo

"Buenos días, ¿tendría un minuto para escuchar un mensaje de la Biblia?" Jefferson Alexandrino de Lima lo tuvo durante 12 años. En 2008, una señora llamó a su puerta para ofrecer un curso bíblico. El pernambucano de 15 años aceptó, se bautizó y, hasta 2020, fue uno de los Testigos de Jehová brasileños. Hasta que pidió salir. Comenzó a discrepar con las directrices internas. Él cuenta que ahí comenzó su ostracismo dentro de una comunidad religiosa conocida por reducir los lazos sociales con los que están fuera. De repente, nadie quería saber de él. "Mi cuñada me bloqueó en WhatsApp, se despidió de mí como si estuviera muerto. También mis amigos".

SAO PAULOS/ SP, BRASIL, 01-02-2024: Retrato de Fabiano, extestigo de Jeová. (Foto: Zanone Fraissat/Folhapress, COTIDIANO) - Folhapress

Era como si Jefferson, quien llegó a ser pionero (un tipo de misionero) y ministro de servicio (como un diácono) en la jerarquía de esta comunidad cristiana, fuera un virus del cual todos debían mantenerse alejados. "Los líderes animaron a mi esposa a separarse de mí." Ella se negó y también abandonó la creencia. En 2022, el graduado en psicología presentó en la Facultad de Ciencias Humanas de Olinda su trabajo de fin de curso: "Ostracismo religioso y depresión: un análisis sobre la relación del trastorno entre los ex Testigos de Jehová". El tema también movilizó una petición virtual creada en enero por otro exadepto, el empresario Fabiano de Amo, de 46 años. Su objetivo, dice, es romper la burbuja religiosa y presionar al Ministerio Público y a los parlamentarios para que tomen alguna acción contra el trato dado a los desafiliados. El texto menciona "trato inhumano" y propone "diálogo, libertad y respeto mutuo entre miembros y ex miembros", para que los apartados "sean reintegrados plenamente en sus familias, comunidades y redes de apoyo".

La institución que gestiona a los Testigos en Brasil dice que la ruptura "no pone fin a los vínculos que la persona tiene con su familia". La opción, dice en una nota enviada a Folha, sería de foro íntimo. "Además de razones religiosas, amigos y familiares también pueden optar por limitar o cortar la asociación con una persona desasociada debido al dolor emocional y otras dificultades que haya causado."

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