Reacciones desbocadas

La prensa no es cómplice de la puñalada, pero debe tener responsabilidad

Paula Cesarino Costa
São Paulo

La sucesión presidencial brasileña, que ya se dibujaba imprevisible, se tornó, además, trágica y violenta. 

El primer colocado en los sondeos fue detenido y después inhabilitado como candidato; el segundo colocado, que asumió el primer lugar por la inhabilitación del anterior, recibió una puñalada cuando hacía campaña en la calle.​

Y a un mes de la primera vuelta, casi el 30% de los encuestados admite no tener candidato.

El resumen de los hechos revela la más ruidosa y conflictiva elección presidencial desde la redemocratización.

Después del atentado del jueves (6), dos militares cercanos a Jair Bolsonaro (PSL) manifestaron reacciones opuestas.

Por un lado, el general de la reserva Augusto Heleno responsabilizó a "parte de la prensa" por el atentado. En un mensaje de audio afirmó que "el bárbaro atentado es el desenlace de una campaña diaria, obstinada, que parte de la prensa desencadenó contra el candidato", en una especie de "todo vale para desarmarlo".

En sentido opuesto, el candidato a vice, el general Hamilton Mourão, aseguró que, a pesar de no poder controlar al 100% de la militancia, se estaban haciendo videos orientando "a los simpatizantes a razonar y amenizar el tono". Ahora, el objetivo es propagar las ideas de Bolsonaro y reducir las tensiones, ya que, según él, los enfrentamientos no ayudan a nadie.

Tras el ataque, el general responsabilizó al PT del atentado y formuló una espeluznante frase: "Si quieren usar la violencia, los profesionales de la violencia somos nosotros".

No hay fundamento para afirmar que la prensa en general tenga alguna responsabilidad -aunque fuera parcial- por el ambiente conflictivo que culminó en el atentado. La deconstrucción crítica de candidaturas y propuestas es el mejor servicio que se puede prestar.

Los eventuales equívocos cometidos fueron secundarios. Un lector, por ejemplo, consideró "sensacionalista e incendiario" el siguiente título en la web de Folha: "Angelito fascista no merece solidaridad", dice candidato sobre Bolsonaro.

La frase es de Nivaldo Orlandi (PCO), candidato al Senado. En el mismo evento, el candidato favorito, Eduardo Suplicy (PT), había dicho que el atentado era un acto grave que merecía "solidaridad". Era el papel de Folha reservar a la declaración de Orlandi un espacio tan irrelevante como tiene su carrera electoral. El periódico exageró.

En el ambiente actual, la responsabilidad de la prensa es inmensa y muchas veces está en los detalles. La cobertura sensacionalista, en busca de clics, sólo servirá para obstaculizar el desempeño de su papel esencial.

Con método, sin temer intimidaciones ni dejarse influenciar por reacciones descabelladas, debe diseccionar propuestas, revelar caras oscuras, contextualizar e investigar los hechos.

New York Times y los vicios peligrosos del articulista anónimo

El miércoles (5), el diario estadounidense The New York Times tomó la rara decisión de publicar un artículo anónimo. El texto tuvo más de 10 millones de visitas en 24 horas. Es un caso repleto de cuestiones éticas y de hasta posibles consecuencias judiciales.

La tarea de responder a los lectores sobre la decisión quedó a cargo del coordinador de artículos, James Dao. El diario creó una página en su Centro de Lectores, explicando que la decisión había sido tomada a pedido del autor, "un alto funcionario de la administración Trump cuya identidad es conocida por nosotros y cuyo trabajo sería comprometido por su divulgación", explicó.

Inmediatamente se inició una carrera para adivinar o identificar al autor y se abrió un debate sobre si fue cierta o no la actitud del periódico.

¿Qué llevó al NYT a permitir el anonimato? El editor de opinión James Bennet dijo que la vital importancia del artículo era suficiente para que el periódico abriera una excepción y mantuviera protegida la autoría. Fue una elección entre publicar anónimamente o no publicar nada.

A diferencia de lo que ocurre en Folha, por ejemplo, la sección de opinión del NYT opera independientemente de la Redacción. La decisión fue muy inusual, pero no sin precedentes. El periódico ya había publicado artículos de articulistas anónimos que podrían ser reprendidos o corrían riesgos por la defensa de sus ideas.

¿Qué decisión tomaría? Es difícil dar una opinión en tesis. Los detalles -quién es el autor, cuál es la relación de confianza entre periodista y fuente, la relevancia de lo que escribió, el carácter imperioso del anonimato, por ejemplo- son esenciales para sustentar una decisión difícil como esa.

Aunque fue excepcional, la publicación genera cierta incomodidad por dejar abierta una puerta peligrosa. El anonimato es una forma cómoda de hacer política de la cual la prensa debe desvincularse. El A.A. (articulista anónimo) no puede convertirse en un vicio.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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