Análisis: Un esbozo de 2019 en la niebla a finales de 2018

Parece razonable suponer que el próximo año será de esperanza

Sérgio Dávila

En 2000, este periodista trabajaba como corresponsal de Folha en Nueva York donde asistió a una clase en la Universidad Columbia de un renombrado profesor de periodismo cuya especialidad definía como "futurismo" un intento académico de prever tendencias en los medios de comunicación.

Sus presentaciones parecían espectáculos teatrales. Antecedido por sonido y luces, subió al escenario aquella mañana y anunció: "Traigo en mi bolsillo los medios del futuro, a través de los cuales, en algunos años, recibiréis cada mañana en casa una infinidad de información”.

Sacó triunfante un CD-ROM y fue recibido por un entusiasmado "ooooh" de los presentes.

Recuerdo el ridículo del profesor al apostar como solución de futuro en un soporte que ni siquiera ya existe, para explicar lo peligrosas que son las previsiones en periodismo.

Como escribió Otavio Frias Filho (1957-2018), director de Redacción de Folha, fallecido prematuramente en agosto, en un texto titulado "Factoides", publicado en 2001: "La realidad es lo que queda de las previsiones políticas después de ser devastadas por los imprevistos".

‘Andar de cima’ (piso de arriba), obra de Renata Lucas, en la Casa do Povo, en Bom Retiro - Folhapress

Sin embargo, aquí estamos, tratando de dibujar un esbozo de 2019 en la niebla a finales de 2018. Parece razonable suponer que el próximo año será de esperanza.

Se espera que:

→  el presidente electo, Jair Bolsonaro, actúe según sus discursos de victoria y diplomatura, no de acuerdo con la retórica de la campaña y sus declaraciones extremistas del pasado;

→ que haga un buen gobierno, para los 210 millones de brasileños, no sólo para los que lo eligieron, respetando la Constitución y el estado democrático de derecho;

→ la economía vuelva a crecer, y el desempleo, a caer, con una inflación y unos intereses a niveles civilizados;

→ una reforma consistente de la Seguridad Social se apruebe lo antes posible;

→ la corrupción sea contenida, no obstante, que la misma energía sea despachada para enfrentar el verdadero mal que asola al país: la incompetencia y la mala gestión;

→  el mundo derribe muros, no construya nuevas barreras – ni físicas ni virtuales;

→  lo políticamente correcto no cerque el discurso libre; la ola conservadora no calle la voz de las minorías;

→  la justificada preocupación por la seguridad pública no atropelle las libertades individuales;

→  el mundo digital se guie por las reglas del sentido común;

→ el periodismo profesional siga siendo valorado, como lo mostró la campaña espontánea de suscripciones de apoyo a Folha iniciada por lectores tras los ataques del presidente electo.

Sobre todo, terminando 2019, esperamos que la esperanza no haya sido en vano.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original