La tragedia expone la tierra sin ley en la Amazonia, patrocinada por el gobierno de Bolsonaro

Surgió la noticia más temida, pero lamentablemente no menos probable, sobre el paradero del indigenista brasileño Bruno Araújo Pereira, de 41 años, y el periodista británico Dom Phillips, de 57

Surgió la noticia más temida, pero lamentablemente no menos probable, sobre el paradero del indigenista brasileño Bruno Araújo Pereira, de 41 años, y el periodista británico Dom Phillips, de 57, desaparecidos en la Amazonia desde la mañana del 5.

Según la Policía Federal, un pescador involucrado en actividades ilícitas confesó haber participado en el asesinato y ocultamiento de los cuerpos de la pareja, que viajaba en lancha por el extremo suroeste del estado de Amazonas y visitaba comunidades aledañas a la Tierra Indígena Vale do Javari, que alberga el mayor número de pueblos aislados en la selva amazónica.Restos humanos fueron retirados del lugar señalado por el sospechoso.

Pereira trabajó durante una década en la Funai, donde se desempeñó como coordinador de Vale do Javari y Povos Isolados. Tenía una amplia experiencia en el área, donde optó por seguir trabajando después de la exoneración del cargo y darse de baja en la agencia federal, pasando a colaborar con Univaja (União dos Povos Indígenas do Vale do Javari).

Phillips acompañó al indigenista para recabar información sobre el sistema de autodefensa de los pueblos locales contra invasiones de mineros, madereros, cazadores furtivos y pescadores ilegales. Estaba escribiendo un libro sobre cómo salvar la selva de la que se enamoró cuando se mudó a Brasil en 2007.

Los profesionales experimentados eran conscientes de los riesgos de circular por un rincón de Brasil también frecuentado por el narcotráfico, tanto que en la mayoría de las rutas tenían escolta de Univaja. Un abogado de la asociación informó que sus miembros y Pereira ya habían recibido amenazas días antes.

Había fuertes indicios, por lo tanto, de que habrían sido blanco de una emboscada. A pesar de esto, Presidencia tardó en reaccionar, movilizando esfuerzos solo después de que se lanzó una intensa campaña nacional e internacional para encontrarlos.

Lo más lamentable de la inhumana lentitud del poder público es saber que va acorde con el carácter de Jair Bolsonaro. Un presidente bilioso y errático, que suscribe las más delirantes doctrinas de la codicia internacional por la Amazonia y actúa de antagonista cada vez que puede de indigenistas, ambientalistas y periodistas.

Si los delincuentes operan libremente en ese rincón de la Amazonia es porque allí el Estado estuvo ausente. Bolsonaro volvió a eludir su responsabilidad, llegando al colmo de la ignominia al culpar a los propios desaparecidos y decir que estaban emprendiendo una "aventura" y que Phillips era "mal visto" en la región.

El periodismo no es una aventura, la Amazonía no pertenecerá a la democracia brasileña mientras pistoleros, ladrones y deforestadores impongan la ley canina en la región, y Bolsonaro no será un presidente digno del cargo mientras permanezca alineado con los destructores del bosque.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA