Sin grabador. Sin fotografiar su cara. Sin revelar la edad. Estas fueron las exigencias del anónimo grafitero BiP para atender al periodista de Folha en un edificio entre la avenida Rio Branco y la calle Vitória.
En el centro de la ciudad de São Paulo, el americano que se hace llamar BiP - "Believe in People" - pinta la figura de un niño sobre una superficie de 2.000 m² en una de las paredes de un inmueble. Para ello, utilizó 500 latas de spray y 40 cubos de tinta.
Su presencia llama la atención de la vecindad. "La primera vez que lo vi, me llevé un susto. Había un hombre enmascarado en mi edificio", cuenta una residente. Una trabajadora de la farmacia vecina comparó los trajes de BiP a los de un astronauta. "Él camina por ahí con ropa llena de plásticos".
BiP explica que se mantiene anónimo para todos, excepto para un amigo y su empresario. A Folha, el grafitero se quita la máscara durante la entrevista. Con gorra y capucha, no parece pasar de los 30 años. Es un americano común, blanco de ojos morenos. Si su historia se convierte en una película, podría ser interpretada por el actor John Krasinski, de la serie "The Office", con quien mantiene algunas semejanzas.
El artista viste un mono con una sudadera por debajo, que un día puede haber sido blanco, pero que ahora está entero teñido por los restos de las tintas que utiliza.
El artista dice que la vida como un desconocido le trae tranquilidad y cita al escritor Jack Kerouac, "ser anónimo en el mundo de hombres es mejor que la fama en el paraíso". Me gusta poder escuchar opiniones sinceras, sin que la gente sepa quién eres", dice BiP.
Además, muchos de los pequeños lugares en los que él pinta no son pre-aprobados por los ayuntamientos -lo que no es el caso de la gran obra que está a punto de concluir. De esta forma, la condición de anonimato facilita si alguien lo pilla pintando en algún lugar prohibido.
Traducido por AZAHARA MARTÍN
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