Sin pasacalles y exhibiciones de escuelas de samba de cara a las fiestas de Carnaval, Salvador y Río de Janeiro ofrecen itinerarios que van más allá de las postales.
El tour carioca comienza en el Largo de São Francisco da Prainha. Ubicado en el barrio Saúde, el lugar alberga bares y restaurantes con buenas opciones gastronómicas. Allí está el Bafo da Prainha, un bar que se ha convertido en sensación entre los cariocas.
Para los que quieran hacer buenas fotos, la plaza también es un buen lugar. Y es que, está rodeado de palacetes coloniales que le dan al lugar un aspecto cautivador y multicolor.
El parque de Madureira es otra zona que no está en los itinerarios tradicionales, pero que ya ha conquistado a los cariocas. El espacio está bien arbolado y cuenta con opciones de ocio, como canchas de voleibol, fútbol y baloncesto.
Salvador también tiene su itinerario que va más allá de postales como Pelourinho, Elevador Lacerda, Farol da Barra e Igreja do Bonfim.
La capital bahiana guarda buenas sorpresas para las comunidades que, en los últimos años, han sido redescubiertas por los salvadoreños.
Este es el caso de Gamboa de Baixo y Vila Brandão. Además de los atractivos naturales, ambos se han reinventado a través de los grafitis en las paredes de las casas y la gastronomía regional.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA